Fotografía de obra: Entrevista a Catalina Romero

Desde Bandadas conversamos con Catalina Romero, fotógrafa de obra, quien nos cuenta sobre su profesión y la relevancia del registro de obra para la aplicación a convocatorias.
Por Camila Stehling
1.¿Cómo definirías al registro de obra?
El registro de obras de arte es una reproducción fotográfica de la obra real, esto significa que los colores son fieles y la iluminación es pareja en todos los sectores de la obra, siempre entendiendo que la reproducción 100% fiel no existe.
Una cosa es la experiencia presencial y otra es el registro en otro lenguaje, entonces existen límites de lo que se considera “reproducción fiel”, pero idealmente debería suceder que, cuando vemos la obra de forma presencial y la foto, la representación resulte lo más fiel posible a la realidad de la obra.
2. ¿Cuál es su valor dentro del campo artístico?
El registro fotográfico de calidad es una necesidad básica para poder participar en el campo profesional del arte, tanto como artista, galería, museo u otras instituciones de arte. Es importante para poder comunicar lo que uno hace porque hoy por hoy las imágenes son fundamentales, al igual que su calidad. El valor dentro del campo artístico tiene que ver, básicamente, con mostrar y comunicar lo que uno hace de una forma que permita que esa comunicación sea de calidad y que el mensaje llegue.
3. ¿Cuál es la relevancia del registro de obra en la aplicación de convocatorias? ¿Tenés alguna sugerencia sobre el tipo de imagen a enviar?
La relevancia del registro de obra en la aplicación de convocatorias es absoluta. Mostrar la pieza a través de una imagen es fundamental y que esta comunique lo que la pieza es sin necesidad de verla en persona. Así que específicamente para esa situación es muy necesario contar con un registro profesional.
En general, todas las convocatorias tienen sus requisitos, te dicen cómo deben ser las imágenes en cuanto a calidad, formato, si quieren detalles. Por eso, está bueno leer siempre la letra chica porque cada una tiene sus requisitos.
Cuando un cliente me dice que quiere hacer fotos para un concurso, siempre miramos qué concurso es y qué piden, pero en general para mí está bueno que sean fotos descriptivas de la obra, con una iluminación pareja, con un fondo neutro. Fotos donde se entienda la obra de una forma “objetiva”, porque cuando tienen una iluminación muy dramática o un fondo de colores que no es parte de cómo estará expuesta, se contamina un poco la descripción que es lo que uno quiere que el jurado pueda ver en esas imágenes. En conclusión, mi sugerencia es que sean imágenes limpias, descriptivas, prolijas, claras. Hay que pensar que el jurado ve cientos de imágenes y lo que uno quiere es que esa imagen sea fácil de leer.
4. ¿Cuál es tu perspectiva sobre la situación actual del circuito artístico? ¿Qué problemáticas observas?
Mi perspectiva sobre la situación actual del circuito artístico está totalmente atravesada por mi trabajo. Desde mi lugar de fotógrafa que recorre esos espacios, los talleres de artistas y las instituciones de arte, veo que está habiendo una mayor profesionalización en general, como el tarifario de Nosotras Proponemos. Hay miles de puestos laborales, que se generan en torno a los servicios del arte, y de a poco se está haciendo más claro que todo eso es un trabajo y tiene que estar profesionalizado.
También me parece importante mencionar la pandemia porque cambió mucho las cosas y, en lo personal, me cambió para mejor. Porque a partir de este momento se le empezó a dar mucha más relevancia a la comunicación virtual en redes, a través de páginas web, etc. Y para eso tener fotos realmente es una necesidad básica. La pandemia generó que la presencia virtual esté más enfatizada y para eso las fotografías profesionales son muy necesarias.
En cuanto a la segunda pregunta, la mayor problemática que observo es la informalidad del medio y la precarización que existe, creo que esta habiendo avances sobre esta cuestión, no es lo mismo que hace 5 años atrás, pero sigue siendo un medio laboral enormemente precarizado donde muchas veces se plantea de una forma confusa y es difícil establecer límites claros en donde se entienda que es trabajo y, que por más que todos tengamos una sensibilidad artística y disfrutemos de lo que hacemos, estamos poniendo nuestro conocimiento y tiempo.
En relación con la precarización, a mí me llevó a hiper profesionalizarme. Es decir, en darme cuenta de que si yo no establecía una comunicación muy clara sobre cómo trabajo, daba lugar a una mayor precarización.

5. ¿Cómo surgió tu interés en la fotografía de obra?
A los 23 años estaba trabajando como asistente de producción en una galería -para ese momento ya había estudiado fotografía- y un día el galerista me pidió que lleve mi cámara para sacarle fotos a las obras que estaban expuestas.
Yo sabía muy bien que fotografiar obras de arte era complejo y no me sentía preparada, hice lo mejor que pude con los pocos equipos y conocimientos que tenía en ese momento. A la artista le gustaron las fotos y me siguió llamando por fuera de la galería, ella me recomendó a más artistas y así se fue generando un boca en boca, que duró entre el 2012 y el 2018. En esos años fui aprendiendo, comprando equipos y ganando experiencia.
En el 2018 estaba trabajando en la revista Jardín en La Nación. Ese trabajo se terminó de manera inesperada y me encontraba viviendo sola y teniendo que pagar un alquiler.
Pensando sobre mi situación laboral y qué camino quería tomar, me di cuenta que el tipo de fotografía que más había disfrutado hacer los últimos años había sido de obras de arte, así que en ese momento de forma muy intuitiva y desde la necesidad de accionar para generar ingresos, abrí el instagram de @fotografiadeobra y empecé a mostrar mis trabajos.
Rápidamente me di cuenta de que no alcanzaba solo con saber hacer buenas fotos, sino que además tenía que aprender sobre todo lo que significa llevar adelante un negocio propio.
De a poco fui capacitándome, empezaron a llegar cada vez más clientes y un día me di cuenta que estaba viviendo de lo que me gusta hacer.
6. ¿Qué es lo que te convoca a la hora de realizar estos registros?
Es una gran excusa para estar completamente inmersa en el mundo del arte. Me permite conocer y una mirada muy íntima sobre el arte en Buenos Aires porque conozco los talleres, las casas, los espacios de trabajo, veo los procesos y las obras muchas veces antes de que sean expuestas. Tengo a los artistas ahí para poder preguntarles sobre cómo trabajan y piensan sus obras, para mí eso es un lujo. Lo mismo con los museos y galerías, conocerlos desde adentro y saber cómo funcionan. Es una gran excusa para que mis semanas funcionen en torno al arte y con una mirada variada y amplia, lo cual hace que sea muy divertido.
Podés conocer el trabajo de Catalina Romero en su IG @fotografiadeobra y en su sitio web fotografiadeobra.com/